viernes, 28 de octubre de 2011

¡TODOS A LA VEZ!

Colaborar es la única manera de hacernos más fuertes para alcanzar nuestros objetivos, para innovar, crecer y dejar atrás a nuestra ardua competencia.
Sin embargo, la constantemente cambiante e incierta situación económica en la que nos encontramos sumidos ha provocado que a una buena parte de las organizaciones le resulte cada vez más complicado abandonar su zona de confort y aventurarse en el cambio, siendo esa falsa complacencia con el status quo lo que hará que la empresa se estanque y acabe fracasando en su sector.
El miedo, la inseguridad y la frustración son emociones que parecen haber aflorado con mayor fuerza que nunca en muchos de los individuos que han logrado mantener sus puestos de trabajo; inseguridad y miedo a perderlos y no encontrar otro, y frustración de tener que asumir más trabajo como consecuencia de las brutales reducciones de plantilla que se han llevado a cabo en sus empresas.
Estas emociones mal gestionadas han posicionado a muchos en actitudes de sumisión o agresividad, alejándoles de la comunicación asertiva y del verdadero espíritu de trabajo colaborativo.
Encontrar motivación intrínseca, bajo estas circunstancias, es para muchos una tarea casi utópica; el trabajo se convierte en una obligación, y en una fuente de estrés y pesimismo.
La confianza, base fundamental del buen funcionamiento organizativo está en niveles más bajos que nunca.
Por todo ello, hemos de tener bien presente que si queremos que nuestra empresa sobreviva, sólo podremos lograrlo a través de la verdadera colaboración interna. El trabajo en equipo es, por encima de cualquier otro elemento estratégico, tecnológico o financiero, la base principal del éxito organizativo de hoy en día. No es suficiente con que la empresa sea inteligente gracias a una buena estrategia, plan de marketing, financiero y tecnológico; se ha de mantener también sana, y sólo puede lograrlo con un verdadero espíritu de colaboración organizativa.
Colaborar implica trabajar desde la confianza, apoyándonos mutuamente y rompiendo con las batallas interdepartamentales, implica compartir una clara visión, dialogar abiertamente, asumir riesgos calculados, aportar con nuestra creatividad, implica sinceridad, optimismo, motivación. Sólo así podremos reforzar nuestros miedos, frustraciones e inseguridades a sobrevivir en un entorno cada vez más feroz.

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