miércoles, 15 de diciembre de 2010

LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL – UN ESTILO DE VIDA PARA LLEGAR MÁS LEJOS.

A pesar de las continuas investigaciones realizadas en el ámbito del liderazgo, numerosas empresas de nuestro país siguen apoyándose en un concepto tradicional conocido como liderazgo transaccional. Este estilo de liderazgo se centra en un simple intercambio de necesidades: el líder necesita algo que el subordinado tiene – su mano de obra – y el subordinado necesita algo que el líder le puede ofrecer – dinero.
Sin embargo, aquellas empresas con una cultura corporativa centrada en unos valores claramente definidos y comunicados a todos los niveles organizativos, han optado por un estilo de liderazgo mucho más amplio, el liderazgo transformacional. El líder transformacional se preocupa continuamente por el crecimiento y el bienestar de cada uno de los miembros de su equipo, de tal forma que, al acabar el día, los individuos no hayan sido sólo efectivos en su trabajo, sino que hayan aprendido también a ser mejor personas y hayan reforzado su seguridad y conocimiento no sólo profesionalmente, sino también a nivel personal.
Según el liderazgo transformacional, para que los individuos sean más felices, se sientan mejor y consigan funcionar a pleno rendimiento, se han de satisfacer 4 necesidades básicas no negociables.
La primera es la necesidad de que los individuos se sientan bien cuidados. El líder se ha de asegurar de que su equipo posea las mejores condiciones posibles – tanto físicas como mentales - para el desempeño efectivo de su trabajo; ha de asegurarse de que los miembros de su equipo aprendan a escuchar y a comunicarse, y a dar y recibir reconocimiento de una manera sana e inteligente, de manera que se sientan continuamente arropados y motivados para dar lo mejor de ellos mismos. En resumen, ha de saber inspirar a su equipo desde el respeto y la confianza.
La segunda es la necesidad de aprender y crecer de una manera continuada. Aquellos individuos que no sigan una línea de aprendizaje continua, serán las primeras víctimas en caer cada vez que lleguen tiempos difíciles y las últimas en levantarse de su tropiezo. La estabilidad es ya un concepto utópico en nuestra sociedad cambiante y aquellos que se han afianzado en este concepto son los que peor sobreviven. Sólo seremos capaces de afrontar los cambios de manera constructiva si nos alimentamos continuamente de información, sabiduría y experiencia y somos capaces de reciclarnos y adaptarnos a las nuevas circunstancias con optimismo.
La tercera es la necesidad de contribuir con nuestro trabajo. Se trata de una necesidad que es ley de vida. Cuando no contribuimos con nuestra labor nos sentimos ansiosos, vacíos, frustrados o deprimidos; sin embargo, cuando nuestro trabajo aporta riqueza a nuestro entorno nos sentimos energéticos y nuestra vitalidad se refleja en los resultados que alcanzamos. La vida parece funcionar cuando nos olvidamos de nosotros mismos y aportamos un granito de arena a la sociedad.
La cuarta es la necesidad de aportar significado. Si nuestras vidas no tienen un claro sentido, si no nos sentimos parte de un propósito mayor, no conseguiremos alcanzar la plenitud en nuestras vidas.
Al satisfacer estas necesidades, el líder transformacional sabe que está creando  un equipo de trabajo regio, energético, que volará alto y logrará alcanzar e incluso superar las expectativas propuestas. Este tipo de liderazgo aumenta considerablemente el nivel de compromiso de los empleados y, por consiguiente, su satisfacción, así como la del propio cliente; evidentemente, todo ello repercute de manera positiva en la cuenta de explotación de la empresa.
Cuando un líder se preocupa por su equipo, el equipo crece, contribuye y tiene una vida laboral altamente satisfactoria; los empleados se van a casa cada día sintiéndose satisfechos de sus aportaciones y de su vida y vuelven al trabajo al día siguiente sintiéndose aún más motivados, energéticos y responsables que el día anterior. Trabajan con mayor efectividad, lealtad y creatividad para llegar cada día un poco más lejos.
Siempre y cuando el liderazgo transformacional se lleve a buen puerto, los buenos resultados están garantizados.

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